Un blog completamente dedicado a River, con todas las noticias, goles, fechas e info que a vos te interesa del club mas grande.
viernes, 30 de mayo de 2008
Posible equipo
Por lo tanto, el probable equipo para jugar contra el Sabalero sería: Juan Pablo Carrizo; Danilo Gerlo, Leonardo Ponzio, Gustavo Cabral; Paulo Ferrari, Oscar Ahumada, Cristian Villagra, Matías Abelairas; Diego Buonanotte, Ariel Ortega; Sebastián Abreu. La novedad es que Eduardo Tuzzio figura en la lista de concentrados e iría al banco de suplentes. El plantel viaja en un vuelo chártar mañana por la tarde.
lunes, 26 de mayo de 2008
¿Cambios ante Colón?
Con el regreso del lateral izquierdo, el DT tiene la chance de retomar la línea de cuatro en el fondo, que cambió justamente por la ausencia del Kity. De esa manera, Ponzio se ubicaría otra vez en el medio (Ahumada segue en recuperación). Ojo, no hay que descartar que Simeone mantenga la línea de tres que no recibió goles ante Independiente ni Huracán, aunque parece la opción menos probable.
domingo, 25 de mayo de 2008
107 AÑOS DEL MAS GRANDE
sábado, 24 de mayo de 2008
RIVER 1 - 0 HURACAN
River tenía en sus manos la posibilidad de darle una alegría a sus hinchas: derrotar a Huracán en el Monumental y ser el único puntero, al menos hasta que juegue Estudiantes. Por eso, el Cholo Simeone insistió con el esquema que más le gusta: 3-3-3-1. Una novedad: el local salió a la cancha con una camiseta violeta recordando a los fallecidos en la caida del avión que transportaba jugadores del Torino. Curiosamente, fue el Globo el que mejor se paró en la cancha en el arranque. Organizado y prolijo. Con una clara intención: jugar el partido lejos del arco de Barovero. Sin un enganche fijo, pero con dos volantes externos muy movedizos. Zarif en el derecha y Poggi sobre la otra banda. La pelota y el dominio era del visitante, que produjo la primera de peligro a los 9. Franzoia recibió sobre la izquierda ante la marca de Gerlo y mandó un centro bajo. Nieto, en la puerta del área chica, se relamía. Cuando se disponía a rematar surgió Cabral para evitar la apertura del marcador. Una alarma para la defensa riverplatense, que sufría con los pelotazos cruzados. Mientras tanto, se veía a un River pálido e impreciso. En los primeros 20 minutos Abreu brillaba por su ausencia, y no por su culpa. El problema estaba en la gestación de la jugada. Encima, cuando el local tuvo un tiro de esquina lo desaprovechó insólitamente y le brindó a Huracán un claro contragolpe. Ponzio lo tuvo que bajar a Nadal en la puerta del área cuando el volante se iba al gol. En el tiro libre el cuestionado Carrizo le ahogó el grito de gol a Zarif. River dio señales de vida a los 26, casi sin querer. Abreu peinó una pelota que parecía no llevar peligro. Pero el defensor Goltz se durmió, Falcao le ganó la posición y quedó mano a mano con Barovero. Pero el colombiano definió suave, sin fe a las manos del arquero. Enseguida respondió Huracán. Nieto probó de media distancia con un remate a colocar que se perdió cerca del palo. Y en este aluvión de jugadas peligrosas, Falcao casi convierte a los 30, pero se apuró y su tiro de emboquillada se fue lejos. A los 36 los hinchas locales comenzaron a pedir por Ortega. Es que el equipo mostraba entusiasmo, pero muy poquito fútbol. El canto de los simpatizantes despertó a sus jugadores. Entonces, fue el momento de River, que acorraló a Huracán. A los empujones. Con mucho vértigo, como le gusta a Simeone. Hubo una mano de Domínguez en el área. Pareció penal. Baldassi juzgó que fue sin intención. La primera parte se fue en un clima tenso. Un clima tenso que nacía en las tribunas y se palpaba adentro. River arrancó el complemento de la mejor manera: con Ortega en la cancha (reemplazó a Nico Domingo). El cambio se notó enseguida. En lo anímico y futbolístico. Porque el Burrito le quito responsabilidad a Buonanotte y entonces el que creció fue el juego del Millonario. El Enano marcaba el camino. Como a los 7, cuando le metió un caño a Goltz y sacó un centro bajo que Abreu no pudo interceptar. La defensa del Globo rechazó la pelota como pudo. Abelairas la recibió y sacó un zurdazo que Barovero controló junto a un poste. El partido estaba clarito: River iba, Huracán jugada de contra. Simeone buscó más profundidad con Alexis Sánchez, quien entró por el irregular Augusto Fernández. La variante postergó varios metros al Pitu Abelairas. Ponzio seguía como líbero, y Cabral y Gerlo hacían marca personal. El mediocampo ya era una zona de tránsito. De ida y vuelta constante. Un ida y vuelta en el que Huracán se sentía más cómodo. Arano se proyectó y avisó con un zurdazo que pasó cerca del palo. También Nieto tuvo la suya, pero a su cabezazo le faltó fuerza. Mientras tanto, el Cholo seguía metiendo cambios... A los 25, el último manotazo de ahogado del entrenador. Sacó a Abreu, resistido por los hinchas, y le dio vida a Rosales. Pero los ataques del local morían en los pies de Goltz y Puertas, que sacaban todo. River no encontraba la forma de romper la solidez defensiva del Globo. Los minutos pasaban y el partido parecía encaminado al empate. Pero a diez minutos del final, apareció en acción Buonanotte, el nuevo héroe. La jugada la arrancó Ortega sobre la derecha. Eludió dos defensores y habilitó al Enano, quien estaba en soledad, en la otra punta. El enganche metió un zurdazo cruzado que venció a Barovero. Golazo. Desahogo en el festejo. En el final, River pudo haber goleado. Rosales tuvo dos y en ambas definió mal. Alexis se mandó un slalom y sólo le faltó eludiar al arquero. A Ortega le anularon mal un gol por una posición adelantada inexistente. Y Falcao tuvo la suya. El Millonario terminó justificando el triunfo en los últimos minutos. Cuando Baldassi decretó el final, Simeone festejó pegando un salto. Un salto como el que tuvo River con el ingreso de Ortega. Porque estos tres puntos le sirvieron para llegar a lo más alto del Clausura, por lo menos hasta mañana cuando Estudiantes se enfrente a Independiente.
martes, 20 de mayo de 2008
2 GRANDES NOTICIAS EN PXLB
"Si digo lo que pienso se arma un lío bárbaro"
Del otro lado de una puerta, el plantel debatía qué postura tomar ante el nuevo escándalo del club: el disgusto de varios futbolistas y de Diego Simeone por distintas actitudes de Ariel Ortega. Una reunión de casi media hora de la que no participó el DT, pero que no fue la única. El sábado, apenas el tema se hizo público, los jugadores ya habían empezado a delinear la estrategia a seguir en la concentración del Monumental. ¿Cuál? Desmentir todo, abrazar al 10 y dejar el tema ahí.
Como venía haciendo en las últimas semanas, prefería dejar pasar el tiempo y esperar a que disminuyera el fastidio que le provoca no sentirse importante. Así, con ese ánimo, apareció ayer en Ezeiza. Y no le cambió la cara ni siquiera cuando el Profe Ortega le informó que en lugar de entrenarse con los que no habían jugado ante Independiente, se movería con los que habían sido titulares. Serio, triste, el jujeño no habló durante los 20 minutos que el grupo se movió en el gimnasio. Sólo amagó una sonrisa cuando se cruzó Pichi Quiroga y el utilero le hizo un chiste.
Después de un entrenamiento solitario y sin demasiada exigencia, el 10 se arrimó al grupo. Y ahí, a la vista de todos, Eduardo Tuzzio y Sebastián Abreu se le acercaron. Sentados sobre una heladerita, el defensor y el Loco hablaron bajito para evitar que la charla se escuchara desde el playón, donde esperaban unos 30 periodistas. Fueron unos diez minutos. No hubo sonrisas. Tampoco gestos claros. Pareció un acuerdo para salir del paso. Una idea que tomó fuerza casi una hora después, cuando Ortega salió y, sorpresivamente, decidió encarar a los medios. "Me molesta que se hable de mí porque hay otros problemas, pero con mi nombre se tapan un montón de cosas. Yo jamás dije que quería irme de River. Quiero terminar mi carrera acá. Lo que me pone fastidioso es no jugar", arrancó muy seguro. "En el partido contra San Lorenzo me daban ganas de ponerme solo. Y a veces, cuando estoy en el banco y veo que no voy a entrar, pienso en pararme e irme al vestuario". Pero apenas se le preguntó por qué cree que no logra continuidad, subió el tono. "No sé, no lo entiendo porque yo no perdí el puesto en la cancha, aunque si digo lo que pienso sobre algunas cosas, se arma un lío bárbaro", dijo en el Súper (canal Metro) ¿Qué evitó decir? Lo que publicó el diario Olé en su edición del sábado y desató la furia de varios jugadores. Primero, la ira que le genera al ídolo no sentir el apoyo que Simeone le había dado cuando lo convirtió en el capitán del equipo. "La relación que tengo con el técnico es la normal: él es el entrenador y yo un jugador". Esa misma distancia la puso para referirse a otro de los temas por los que sufre: la poca sintonía que encuentra dentro del plantel. Es que si bien aclaró que no está "peleado con ninguno y confío a muerte en ellos", enseguida aceptó que "tampoco son mis amigos". Los únicos que salieron menos machucados fueron los dirigentes, a los que el jujeño no deja pasar oportunidad de recordarles que le adeudan buena parte de la prima. Aunque tampoco se la llevaron gratis: "Ustedes saben las cosas que pasan en la institución. No hace falta hablar más".
"Jugué con el corazón"
De la declaración a la consolidación, de la crítica al elogio y de la rectificación al reconocimiento... Así, directamente y sin frenar. No existieron estaciones intermedias para los humores de Oscar Ahumada ni para las consecuencias generadas por estos mismos. En una semana oscilaron cerca de los extremos, cruzando veredas hasta aterrizar en estas arenas algo más tranquilas. El clásico lo redimió. Le dio confianza a su corazón y cierta calma a los hinchas que habían entrado en situación de piquete.
Oscar es consciente de esta transformación. "Me siento bien. Es que jugué con el corazón", le explicó a su círculo íntimo. Razones le sobran. Sabe que pasó la más difíciles de las pruebas, en un clima hostil, con banderas al por mayor y cadenas de e-mail pidiendo su cabeza, con una exposición gigante y en medio de palabras cruzadas con los dirigentes. "Fue el primer paso. Ahora viene el segundo, que es jugar en el Monumental", agregó, realizado. Es cierto: una cosa es correr a espaldas de 7.000 personas que ocupan una cabecera del Cilindro y otra es experimentarlo con la San Martín de costado, la Belgrano del otro y la fuerza de la Sívori desde el otro vértice. Pero ésa será otra historia. Faltan cinco días para recibir a Huracán, tiempo suficiente para seguir anestesiando enojos. Por lo pronto, los insultos se fueron transformando en silencios y luego en tibios aplausos. El mismo percibió el cambio en la sensación térmica mientras raspaba, transpiraba, distribuía y se convertía en la figura del partido.
Definitivamente, jugó mucho mejor de lo que declaró. Ya no tenía manera de volver atrás de su lapsus. Pero sí de tener revancha con eso que le pidió a la hinchada de River: huevos. Lo hizo con el estrés a cuestas, haciendo trabajar horas extras a su ego extra large. Su capítulo, igualmente, no pasó al olvido ni ha sido erradicado de la memoria de los hinchas. Lo que dijo, quedó. Es indeleble. Y posiblemente cargue esta huella por el resto de sus días. Pero momentáneamente su situación quedó en un segundo plano. Ayer la atención de la agenda-River hizo foco en el conflicto de Ortega con sus compañeros, en cuya interna Ahumada quedó indemne. Y no es un dato menor que no haya sido uno de los responsables de la embestida contra el gran ídolo.
Tras la charla del viernes con Aguilar y luego de la postergación de la reunión de la Comisión Directiva para tratar su posible sanción económica, Ahumada se llamó a silencio. Ahora su objetivo es recuperarse del dolor en el muslo izquierdo, molestia que lo obligó a dejar la cancha a los 29 minutos del segundo tiempo, cuando quedó tirado al lado de los carteles de publicidad y sus piernas le decían basta (es que había jugado casi media hora rengueando). Ahumada ayer no participó de la sesión de ejercicios regenerativos a la par de los otros que fueron titulares en Avellaneda. Por la tarde tuvo que ir a realizarse estudios para descartar alguna lesión muscular. De todos modos, él no se imagina fuera del equipo que el sábado enfrentará a Huracán. Con posibilidades de emigrar a Europa en el receso de invierno, sueña con terminar el semestre de la mejor manera. Esto significaría un campeonato. O sea, un poco de gloria para quedar en la historia. Pero la buena.
INDEPENDIENTE 0 - 0 RIVER
Fue más simple y más hiriente, en definitiva, lo de Borghi. El 4-4-2, bien plantado. Denis molestando siempre a los centrales Cabral y Nico Sánchez. Aprovechando cada pelota parada en los pies de Montenegro. Machín y Pusineri copando el medio. Y una defensa liderada por Guillermo Rodríguez dispuesta a neutralizar los centros que llegaban para el Loco Abreu.
Mejor parado, con otra actitud, Independiente comenzó a marcar diferencias con su rival. Empujado por su gente, por Pusineri que peleaba en el medio, y por los diez año que lleva sin ganarle a River... A los 27, llegó la jugada más clara del primer tiempo. Pusineri ganó en el medio y tocó para Fredes. El volante encaró a Augusto Fernández y sacó la falta y la amarilla para el Negro. El tiro libre de Montenegro iba al arco, pegó en la cabeza de Nico Sánchez. Le quedó a Matheu que remató incómodo. Un nuevo desvío le dejó el gol a Pusineri, que definió débil y mal parado en el área chica. Carrizo, que saltaba de un lado para otro, según el cambio de dirección de la pelota, se arrojó justo y detuvo el balón sobre la línea. El Rojo ya hacía méritos.
Quedaba casi mano a mano Independiente atrás. Pero Matheu y Rodríguez supieron frenar a Buonanotte, el único de River que intentaba algo diferente. Montenegro se frenó para los 30. Un tirón en su pierna derecha no lo dejaba correr con plenitud. Aunque le pidió a Borghi que lo deje en el campo. Y a los 42 pudo haber convertido el Rolfi. Denis habilitó a Machín por derecha, llegó el centro y Monetengro anticipó en el primer palo, aprovechando que los centrales y el arquero se quedaron clavados en el piso. Lo sobró el centro al Rolfi, le quedó a Fredes por atrás, pero tampoco pudo definir. Un minuto más tarde, Mareque probó desde lejos. Cerca. Mereció algo más el local en el primer tiempo. River, muy nervioso, no encontraba los caminos hacia el arco de Assmann.
Muchas cosas pueden pasar en seis minutos. Que Carrizo sea insultado por la gente de River cuando fue a ocupar el arco de la tribuna visitante. Que Montenegro se quede en el vestuario lesionado (en su lugar ingresó Sosa) y no salió para la segunda mitad. Y que Ortega entre en lugar de Augusto Fernández. Pero entre un cambio y otro, Independiente pudo haber abierto el marcador. Justo los dos hombres más cuestionados protagonizaron la falla de River. Ahumada se la pasó exigida a Carrizo que no la quiso tomar con las manos. Intentó una tijera, pero Sosa lo anticipó de cabeza. Era gol, pero Nico Sánchez la sacó en la línea.
Ortega enseguida se hizo dueño del equipo. Agarró la peloya y la lanza y le dio claridad al juego de River. No ayudaban Falcao, ni Buonanotte. Pero el Burrito se las ingeniaba para generar peligro. Primero con un pase a Abelairas, que remató débil a las manos de Assmann, y después con un desborde por izquierda. Levantó River. Tuvo otra, con un remate de Buonanotte, que se fue desviado. El Rojo, desestabilizado, ahora apostaba por la contra.
Cada vez más atrás Independiente, como si hubiera renunciado a atacar. Ortega le cambió la cara a River, entonces el visitante empezó a empujar al local contra el arco de Assmann. Buonanotte ganó la falta en la puerta del área a los 23. Y Ortega se perfiló como para clavarla en el ángulo. Engañó a todos el Burrito y le pegó por abajo, al palo del arquero. Apenas afuera. Aprovechó Simeone el envión que le dio Ortega y mandó a Alexis Sánchez en lugar de Ahumada para ir en busca de la apertura del marcador.
Todos al ataque en River, Independiente tenía espacios para la contra. Vitti había ingresado por Machín y manejó la primera con un pase para Sosa. El delantero le pegó mal, por arriba del travesaño cuando sólo tenía a Carrizo enfrente. En la siguiente, el propio Vitti definió de zurda, cruzado, afuera. Y una más pisando el cierre del partido. Denis tocó por derecha para Fredes en el área, que tiró el centro atrás y Sosa se arrojó, conectó el balón, pero se perdió afuera. Fueron vibrantes los últimos minutos en Avellaneda. Pudo ser para cualquiera, pero no fue para nadie. River perdió la punta y ahora corre de atrás a Estudiantes. Borghi sigue invicto en un Independiente que ya piensa en el próximo torneo.
sábado, 17 de mayo de 2008
¿Se queda el burrito?
El primer interesado para llevárselo se conoció ayer: el Barcelona de Ecuador, que en enero lo tentó con una propuesta millonaria, lo tiene en una lista de candidatos para ocupar el cupo de extranjero que quedará vacante con la ida de Marcelo Delgado en junio. "Vamos a necesitar un jugador para ese puesto y Ortega es una opción, aunque no la única", reconoció el presidente Eduardo Maruri. Una transferencia sería la salida más elegante para esta incómoda situación. Si es Ortega quien acepta la posibilidad de cambiar de camiseta, el resto de los protagonistas de esta historia salvarían su ropa. Para Aguilar es un intocable, su futbolista fetiche, y dejarlo ir de Núñez no pasa por su cabeza. Por la del jujeño se cruza la disyuntiva entre seguir incómodo en el lugar que más quiere o aceptar un destino donde sería bien recibido --la liga de EE.UU., clubes árabes y mexicanos-- y bien pago. Mientras, acumula bronca de espaldas a algunos y de frente a su futuro.
jueves, 15 de mayo de 2008
¿Y a todo esto que dicen los hinchas?
Ahumada va a ser titular (Continuacion)
¿Que paso en el vestuario despues de las criticas?
--¿Te sentiste apoyado por tus compañeros y por los dirigentes?
--Sí, la verdad que sí, porque sé que es el pensamiento de muchos, pero no lo dicen, nada más.
Para interpretar esta frase es imprescindible, primero, hay que recordar que la división del plantel, entre "chicos que no se dan cuenta de que están en River" y "grandes que dan órdenes y después no aparecen en la cancha" se hizo pública en diciembre. Y, luego, saber que, ayer, sólo tres jugadores se acercaron a Ahumada para solidarizarse: Carrizo, Augusto y Abelairas. No, que todos hayan surgido de las Inferiores no es casual. Bueno, pero Ortega algo le habrá dicho... No. ¿Y Tuzzio? mudo. ¿Ferrari, Ponzio? Cero. El único que lo encaró fue Abreu y el diálogo, según alguien que lo presenció, fue así:
--¿Cómo dijiste eso?--
Pará: después del 2-1, ¿la gente cómo estaba?
--Muda.--
Y bueno...
--Pero eso lo dijiste vos, ahora arreglate, eh.--
Ah, bueno, bárbaro, gracias, che.
Ahumada le palmeó un brazo, dio media vuelta y salió. Parece que esto aun no termina
miércoles, 14 de mayo de 2008
¡NUEVA SECCION!
"Ahumada va a ser titular"
martes, 13 de mayo de 2008
Cuando habia que alentar, no alentaron
El viernes pasado, Sebastián Abreu encendió la mecha al desdramatizar una caída que fue tildada de histórica. Una parte del público millonario le respondió al delantero uruguayo con una bandera, al tiempo que el equipo fue recibido con maíz, en alusión al apodo de "gallinas". Este mediodía, Oscar Ahumada, un jugador del riñón del club, dialogó con "Vamos con Niembro" (Radio Del Plata) y escribió un nuevo capítulo en la novela."Cuando San Lorenzo se puso 2 a 1, la cancha enmudeció. Cuando se sintió ese silencio atroz, quizás eso se transmitió a la cancha", manifestó el volante sobre la actitud de la gente de River ante el descuento parcial de San Lorenzo. Enseguida, comparó esa reacción con lo ocurrido hace un tiempo en la Bombonera: "Yo he jugado en la cancha de Boca, ganando 2 a 0, y la hinchada de ellos se nos caía encima". Luego manifestó que lo ocurrido ante San Lorenzo fue "un golpe duro". "Yo, si tengo a la fiera herida, le aplasto la cabeza. Le hago, cuatro, cinco o seis. Se sabe que el animal que está herido es el que más tira a defenderse y eso es lo que pasó el otro día", agregó Ahumada, quien no jugó ese partido por la Copa."Nos llevó dos o tres días reponernos. Por suerte estamos muy bien parados en el campeonato, aunque ganar el título no va a tapar todo", continuó. Finalmente, resaltó la victoria sobre el Lobo platense y se ilusionó con el tramo final del torneo: "El partido del otro día era fundamental. Tenemos un fixture bastante accesible".
"Te duelen cosas asi"
No da vueltas cuando se le pregunta por la bronca de los hinchas y el recibimiento que le dieron al equipo el domingo. "No lo esperaba. Sabía que la gente iba a estar más enojada de lo normal por lo de la Libertadores, pero me sorprendió lo que hizo", dice. Y con toda seguridad, afirma: "Aunque hay que darle para adelante, fue un momento feo, raro... Me dolió que nos tiraran maíz". La humillante eliminación de la Copa se instala. Y el Enano no la gambetea. "No hay mucho por explicar. Fue insólito. Hubo diez minutos fatales y se nos terminó todo", explica sin ánimo de dramatizar, pero con dolor. Tanto, pero tanto, que admite no haber querido volver a ver el partido del jueves. "Al otro día traté de no mirar televisión porque sabía que iba a ser muy duro. Después no se dio y pensé que se iba a terminar ahí", admite. Y no hace falta decirle que se equivocó. La lluvia de granos de maíz que cayó desde la platea San Martín antes de jugar ante Gimnasia lo hizo caer en una realidad indisimulable: la bronca no tenía nada de pasajera. Al contrario. Algo que Buonanotte acepta sin chistar, pero cuestionando la forma de expresión. "Siempre hay banderas y gritos cuando pasan estas cosas. Entiendo perfectamente el enojo, pero lo del maíz, insisto, fue extraño. Que tus hinchas te reciban como hacen en otros clubes es muy duro", cuenta sin necesidad de recordar la "bienvenida" que el plantel recibió hace 15 días en La Boca para hacerse entender.
Habla sin interrupciones. Deja claro que no le interesa tomar el Clausura como un premio consuelo. Pero tampoco se anima a hacer futurología y jugarse a afirmar que el Clausura puede ayudar a tapar la decepción que originó el tsunami Ramón. "No sé si a la gente le va a alcanzar", duda. Pero en lo que no ve interrogantes es en la necesidad de festejar de una buena vez. "Algo tenemos que ganar. Lo sabemos y estamos tranquilos porque el grupo está muy fuerte, muy unido. Y eso es importante", asegura. Por eso, cree que con maíz o sin maíz, será clave vencer a Independiente. "Es una final como la de Gimnasia. Y hay que seguir igual. Esto es River, y aunque la gente no ayude, tenemos que salir a ganar siempre".
domingo, 11 de mayo de 2008
RIVER 4 - 2 GIMNASIA LP
De cara al comienzo del juego, el clima de tensión fue bajando lentamente su tono. Y los cánticos que caían desde las tribunas eran de aliento. Los dirigidos por el uruguayo Sanguinetti no se achicaron en ningún momento y plantearon un choque de igual a igual. Así, tuvieron la primera chance de riesgo. Piatti metió un buen pase frontal y Quinteros intentó tocarla por arriba de Carrizo. Le faltó fuerza y el arquero contuvo. La respuesta tardó en llegar apenas un minuto. Tras un tiro libre pasado de Abelairas, desde la izquierda, Alexis Sánchez se llevó por delante la pelota y Kletnicki controló.
A River le costaba jugar y Gimnasia empezaba a aprovechar la falta de ideas de un rival que prácticamente no daba señales de vida. Encima, el local cometía los errores que tan caro había pagado en los últimos partidos. Domínguez envió un tiro de esquina y Landa ganó en el área. Su cabezazo salió muy desviado, era un aviso. Que al promediar esa etapa inicial se repitió con mayor peligro. Piatti encaró por derecha, puso la pelota en el área y Villar, de cabeza, le dio al palo izquierdo de Carrizo.
La presión del Lobo, que enfrente sólo percibía pasividad, tuvo su premio. Domínguez tiró un centro desde la izquierda que atravesó el área y encontró a Piatti. El talentoso volante demostró toda su calidad, dejó a Carrizo en el piso y clavó el zurdazo bajo a la red. Estaba bien. Por actitud y por juego. Pero no quedó ahí. Fueron minutos fatales para River, que no reaccionaba. La visita tuvo tres clarísimas para aumentar. Primero, Neira remató alto tras un contraataque perfecto encabezado por Piatti. Después, el mismo delantero reventó el palo izquierdo de Carrizo. Y enseguida, un tiro de esquina de Nacho derivó en otro concierto de palos. Testazo de Neira al travesaño, pirque y otro de Domínguez al horizontal. Increíble.
Con empuje, vergüenza y el murmullo generalizado en el estadio, el local logró salir del fondo y fue a buscar la paridad. En el resultado, al menos. Y lo consiguió gracias a la inspiración de Abelairas. El volante recibió afuera del área, adelantó la pelota y metió un tremendo zurdazo contra el ángulo superior derecho de Kletnicki. Parecía que la historia empezaba a enderezarse para el Millonario. Sin embargo, en una insólita distracción de la defensa, Gimnasia jugó rápido un tiro libre y Neira, solo, definió de derecha ante Carrizo. El descanso llegó de la peor manera para River, que se fue al vestuario envuelto en silbidos y reproches.
El arranque del segundo tiempo fue una muestra perfecta de que, en el fútbol, los estados de ánimo juegan un papel fundamental. Con Ortega y Ahumada en lugar de Augusto Fernández y Ponzio, respectivamente, River fue con todo para revertir un trámite que le era ampliamente desfavorable. Y las cosas no pudieron salirle mejor. En apenas cuatro minutos lo dio vuelta y calmó a las fieras. Abelairas llegó al fondo por izquierda, tocó al medio y Buonanotte empujó con el arco libre. El tercero, a los ocho, volvió a tener como principal actor al Pitu, quien tomó de aire un centro pasado de Alexis Sánchez desde la derecha y metió la pelota arriba, inatajable para Kletnicki. El equipo de Simeone respiraba relativamente tranquilo por primera vez en el domingo.
El camino empezó a allanarse para River. Ormeño recibió la segunda amarilla por una patada a Alexis Sánchez y se fue expulsado. Pese a la inferioridad numérica, Gimnasia intentó, como pudo, alcanzar el empate. Pero de contra y con espacios, el local controlaba el partido sin problemas. El trabajo de Ortega ganó en importancia y las tareas de Abelairas, por izquierda, y el chileno, por derecha, tomaron cada vez mayor protagonismo con el correr del tiempo. Abreu tuvo un mano a mano luego de una buena habilitación del Burrito, pero la tiró afuera. Si bien estaba arriba, la ventaja mínima no terminaba de convencer.
Finalmente, cuando se estaban por cumplir los treinta, el conjunto del Cholo estiró la distancia a dos goles y, de alguna manera, liquidó el pleito. Un rechazo de Villagra encontró a Abreu. El uruguayo abrió hacia la izquierda para Buonanotte y éste, con gran precisión, dejó solo a Ortega por el medio. El jujeño sólo tuvo que arrojarse contra la pelota para sellar el 4-2. Quedó tiempo para el ingreso de Archubi por Buonanotte, ovacionado. También para los cantos contra el presidente José María Aguilar y el resto de la Comisión Directiva. Ganó River y tuvo una pequeña bocanada de aire fresco en un momento realmente complicado.
sábado, 10 de mayo de 2008
La derrota en palabras del Loco
"La sensación es de impotencia, no podés explicar un partido en el cual 65 minutos estuvimos muy bien y en 10 minutos perdimos por dos desatenciones. Esos 10 minutos fueron cruciales para lo que era la definición", sostuvo el delantero en declaraciones al programa Vamos con Niembro, por Radio del Plata. Y agregó: "Tuvimos dos errores de interpretación de juego que nos costaron dos goles. Es incuestionable que con dos jugadores de más y con el resultado a favor no se te puede escapar el partido de esta manera".
Luego, el uruguayo habló sobre lo que se viene en un futuro cercano. "Hay que tratar de digerir rápido lo que es que se te pinche el globo de la ilusión. Tenemos la otra parte encaminada, el torneo local, pero este tipo de cosas te marcan de la manera en que se dan. Hay que saber asumir toda la responsabilidad en estas situaciones, mirar para adelante y no cambiar el convencimiento. Esto no se termina acá. Tenemos 6 finales por delante y más allá de que no será para olvidar lo que es una eliminación de la Copa el Torneo es otro de los objetivos que teníamos planteado".
Ayer, tras el encuentro, Simeone sostuvo que se hacía cargo de la eliminación. Sin embargo, este mediodía Abreu indicó: "Para mí sinceramente la responsabilidad es nuestra porque somos los que estamos en el campo de juego y los que tenemos que interpretar y analizar las circunstancias en las que se da el partido. El entrenador puede colaborar con alguna indicación, algún cambio, para darle más aire y piernas al equipo, pero la responsabilidad es nuestra".
Tras la práctica, al Loco le pidieron que analice el por qué de los insultos de los hinchas del Ciclón. Ahí, el delantero se mostró incómodo y afirmó que él no provocó la reacción: "Grité un gol de Copa, importante, ¿cuál es el problema?, ¿violé a una niña de 6 años? ¿maté a alguien? ¿qué hice? Hay que decirle a ellos que estuvieron mal. Esto es algo normal, lógico del momento, festejarlo con los compañeros que no estuvieron concentrados, no se lo festejé a la gente de San Lorenzo. Entonces, si es por eso, la gente de River se tendría que haber enojado con Ramón Díaz por la forma en que festejó el 2-1".
La herida no se cierra facil
"¡Gallinas, las pelotas!"
A los 13 años, tirado en el comedor de la casa de Los Polvorines, debajo de esa radio que le iba cantando las noticias más tristes de su existencia, Norberto Alonso escuchó entre sollozos la peor derrota de River. Fue el 20 de mayo de 1966, en Santiago de Chile. Hasta allí había viajado el equipo dirigido por Renato Cesarini para disputar el tercer partido de la final de la Libertadores ante Peñarol. River ganaba 2 a 0 hasta que la reacción charrúa cambió el resultado (4-2) y la historia del club de Núñez. Tres días después del episodio, cayó la primera gallina en la cancha de Banfield. El apodo estaba instalado. La abstinencia de títulos durante 18 años se encargaría de potenciarlo. "Pero nosotros lo enterramos en el Metro 75", dijo, dice y dirá Alonso, héroe de ese campeonato que transformó el calvario en gloria. "Por eso me jode que por lo del jueves nos vuelvan a decir Gallinas. ¡Gallinas, las pelotas!", se enoja.
Por estas horas parece más fácil ser de Victoriano Arenas que de River. Lo puede aseverar Alonso, quien desde un bar cercano al Monumental no logra digerir la eliminación: "Me tuve que tomar dos pastillas para dormir. No podía. Tenía una amargura..."
--¿Cómo se sale?
--Ganando el Clausura. Es un torneo importante, de lo contrario no nos presentaríamos. Si se logra, River cortarán casi cuatro años sin vueltas. No es poco.
--¿Con eso alcanza?
--Es una herida profunda. Pero lo que pasó, pasó. Prefiero pensar en positivo. Por la mañana dije algunas cosas en un programa de radio ("Dady 790") y estaba más desencajado. Algunos hinchas no me entendieron. Recibí muchas críticas anónimas por Internet. Son actitudes cobardes, porque yo siempre di la cara y me la jugué por el club. Tampoco entiendo a los hinchas que cantan con orgullo "soy Gallina". Eso es historia. Basta.
--¿Tenés algo para reprocharle a Simeone?
--No me voy a meter en el planteo del entrenador.
--¿Y a los jugadores?
--Contra Boca no demostraron nada, así como se había dado al revés en el superclásico anterior. Pero con San Lorenzo se jugó con más entrega. Se fue un partido increíble. No lo puedo creer.
--Pero se les recriminó falta de entrega...
--En el fútbol, en la vida, en todo, la actitud positiva representa el 50%. Quisiera ver cómo se desempeñan en sus laburos los tipos que putean.
--¿Te duele más que del otro lado de la vereda haya estado Ramón?
--No, la herida va más allá de los rivales. Ramón hizo como profesional lo que tenía que hacer: ganar. No se le puede recriminar nada. Yo también fui despedido de River por Di Stéfano y luego me tuve que enfrentar a la camiseta que más quiero. Si por estos colores sigo sufriendo...
"Esta me la como yo"
La derrota ante San Lorenzo (de nada sirve decir que empataron) reeditó imágenes que se habían transformado en habituales durante el 2007, cuando el River de Passarella acumuló papelones y halls en continuado. Con los mismos protagonistas, excepto el cuerpo técnico, se reavivaron los malestares, las broncas, las vergüenzas, la realidad de encontrarse otra vez afuera de la Copa con el agregado de haber sido testigos y protagonistas de una de las mayores humillaciones en los 107 años de vida del club.
Así, el primer chispazo se produjo en el vestuario local minutos después del final del partido entre jugadores y dirigentes. Abreu, Ahumada y Carrizo quisieron salir a contestarles a los hinchas que los insultaban y un grupo de directivos los frenaron. "Siempre nos dejaron solos y ahora vienen al vestuario", atacaron con calentura los futbolistas y enseguida reaccionaron los hombres cercanos a Aguilar. La discusión no pasó a mayores, pero desnudó la bronca de los dirigentes que --al igual que los hinchas-- siguen despotricando contra el plantel, al que acusan de "perdedor", por citar el adjetivo más leve que utilizaron.
La dura noche del jueves se prolongó en la concentración, donde hubo una silenciosa cena mientras afuera se escuchaban los gritos de los hinchas que protestaban en el hall y una rápida ida a las habitaciones, adonde a varios les costó dormirse. La mañana de ayer encontró al plantel y al cuerpo técnico reunidos en el medio del campo de juego. Luego, Simeone charló un rato a solas con Abreu, el único que al final del entrenamiento a puertas cerradas en el Monumental dio la cara y enfrentó los micrófonos.
El uruguayo dijo que los jugadores eran los responsables. Las mismas palabras había usado el Cholo al final del partido para hacerse cargo él. Y Aguilar, en radio Del Plata, también asumió las culpas. Aunque todos tienen razón, sus palabras sonaron vacías, de compromiso, políticamente correctas, pero sin una autocrítica profunda. El DT otra vez optó por no dar explicaciones (de sus cambios, o de los que no hizo, entre otras cosas), los futbolistas --salvo Abreu-- callaron sus sensaciones (¿están unidos?, ¿tienen un líder?, ¿todos sienten el mismo compromiso?) y la conducción quedó apuntada nuevamente por acumulación de fracasos y por ser parte responsable de la confección de los planteles (tanto por cumplir los pedidos de los técnicos como por vender periódicamente a las figuras para intentar cerrar los balances).
Quien sí escuchó algunas explicaciones de boca de Simeone fue el presidente Aguilar. A las 12.34, el entrenador subió a la oficina del mandamás acompañado por Nelson Vivas. "Hubo 15 minutos de desconcentración que en este caso implica falta de inteligencia", fue la opinión pública que dio el presidente, que puertas adentro, durante 50 minutos, le mostró su descontento al Cholo por lo que hizo el equipo en los últimos tres partidos (los dos ante San Lorenzo y el superclásico) y le pidió un poco de tranquilidad para revertir la eliminación e intentar mostrar una mejor versión en el Clausura.
La historia suena repetida. Una derrota de las que dejan heridas que arden, un técnico que sólo dice ser el responsable (igual a lo que hizo Passarella el 20/5/07, cuando el Estudiantes de Simeone ganó sobre la hora en Núñez), dirigentes enojados y señalados a la vez, y un plantel abatido. Las famosas patas de la mesa volvieron a desequilibrarse, todo se derrumbó y florecieron nuevamente las miserias. Habrá que ver si en 45 días logran emparejarse para festejar un título que, si se da, tendrá gusto a premio consuelo.
miércoles, 7 de mayo de 2008
Se llena el Monumental
El cholo todavia no encontró el equipo
Los apellidos son pesados. Uno porque es el símbolo de River. El otro, porque fue la sensación en los primera parte del año. Tanto el Burrito como el chileno generan preocupación en cualquier rival. Sin embargo, la realidad es que hoy ninguno de los dos es titular indiscutido. El jujeño no gravitó en La Boca, ni con la pelota ni ejerciendo liderazgo. Alexis viene de mal en peor: una siesta suya generó el gol de Delorte ante Argentinos, en la ida contra el Ciclón cometió un penal tan infantil como clave, y frente a Boca tomó todas decisiones equivocadas. Por eso, las exclusiones del chileno y Ortega no sorprenden. Lo que sí evidencia contradicciones en el DT es que Archubi, titular en el Gasómetro, ni siquiera está concentrado para la revancha...
De todos modos, el equipo que se deduce de los trabajos tácticos que realizó ayer Simeone es casi idéntico al del miércoles pasado. Claro que con Buonanotte en lugar de Archubi ganaría todo lo que perdió hace siete días: desequilibrio, desborde, precisión en la zona caliente y gol. Del otro lado, seguiría Augusto. ¿No es más peligroso Alexis por la banda? Tal vez, ¿pero este Alexis? Si el tándem Ferrari-Augusto fue lo que más lastimó a San Lorenzo en la ida, ¿habría que cambiar?
El ensayo en Ezeiza fue por separado: primero los defensores (Ferrari, Cabral, Tuzzio y Villagra) atacados por suplentes; y después el resto (Ahumada, Abelairas, Augusto, Buonanotte, Falcao y Abreu). Los de arriba trabajaron sin rivales, sólo para ejercitar movimientos, con Augusto y el Enano sobre las rayas y los dos 9 en el área. Por ende, el esquema sería un 4-4-2 ó un 4-2-2-2, según cómo se lo mire. Ahora, si esto es lo mejor que tiene hoy, ¿por qué ante Boca hubo cinco nombres diferentes?
El domingo, Simeone eligió a Nico Sánchez en lugar de Cabral, un intocable para él, porque el ex Racing arrastraba una molestia muscular. Y Ahumada no podía jugar por estar suspendido. Los otros cambios sí fueron variantes tácticas: entró Gerlo para sumar juego aéreo y con Ortega, Alexis Sánchez, el Enano y Falcao, el técnico intentó ganar velocidad para la contra. Al final, le salió todo al revés. Mañana, la idea es lastimar por afuera sin desequilibrarse y matar por adentro. Es la gran revancha. Para River y para el Cholo.
Ni el burrito ni el chileno
El Burrito todavía no está 10 puntos, como él quiere, después de la lesión muscular y la recaída por su problema personal. Aquel 16 de marzo, cuando salió a la media hora del partido con Racing, fue un quiebre en el año de Ortega. Volvió, dejó destellos de jerarquía especialmente contra Argentinos, pero no es el mismo jujeño del arranque. Es como que le falta un cambio de marcha.
Mientras que el chileno fue Niño Maravilla por última vez el 23 de marzo, contra Vélez: desde entonces nunca más fue aplaudido por sus por sus gambetas, sino por sus recuperaciones en defensa y encima, quedó manchado por el penal que hizo en la ida con San Lorenzo.
Todo indica que estarán en el banco en la revancha
Carrizo, optimista
Sin tortas ni velitas para celebrar sus 24 años, apenas con un par de palabras, el arquero demostró que no sólo está pasando por un buen momento con los guantes en las manos. Claro y contundente, admitió que tampoco sirve lamentarse eternamente y que el hoy es San Lorenzo. Y arrancó bien arriba. "Será una final y nosotros vamos a salir a ganarla. Sin desesperarnos, pero a ganarla. Es claro: tenemos que pasar", explicó. Y admitió que no espera "que San Lorenzo salga a jugar de la misma manera que en su cancha. Ellos se van a cuidar. Saben que nosotros estamos perdiendo 2-1 y que en el Monumental un gol vamos a meter".
Por las dudas, como suele hacer antes de cada partido, JP practicó penales frente a sus compañeros. Y aunque sólo pudo atajar uno de los ocho que le patearon (a Falcao), se mostró muy confiado en que River no necesitará llegar a esa instancia. "Lo podemos definir antes".
domingo, 4 de mayo de 2008
Perdimos el super
sábado, 3 de mayo de 2008
"Ariel es River"
Aguilar también habló sobre la sorpresiva designación de Gustavo Bassi para dirigir el choque en La Bombonera, aunque intentó bajarle el tono a la polémica, luego de que el juez haya sido acusado de ser hincha de Boca. "No soy especialista en árbitros. Si Bassi está dirigiendo en Primera es porque puede hacerlo. Ir con un prejuicio es un error. No tengo inconvenientes con respecto a eso, lo importante es que el equipo juegue bien y le toque ganar", expresó el dirigente.
Por último, el presidente millonario opinó sobre el fenómeno del Superclásico. "Es el espectáculo deportivo más importante de la Argentina. Genera una enorme expectativa, es un partido muy importante. Además, en este caso agrega un condimento que es trascendente, los dos están peleando el campeonato y tienen aspiraciones. No siempre se llega al clásico de esta forma. En líneas generales, no importa quién llegue mejor. Es un acontecimiento que trasciende nuestras fronteras", concluyó.
viernes, 2 de mayo de 2008
El burrito jugaria desde el arranque en el super
Algo está muy claro a sólo 48 horas del Superclásico: la práctica del sábado va a ser fundamental para definir el equipo. Con respecto a los once que perdieron ante San Lorenzo por la Copa, hay dos certezas: los regresos de Leonardo Ponzio por Oscar Ahumada (suspendido) y de Diego Buonanotte por Rodrigo Archubi. Además, Danilo Gerlo y Nicolás Sánchez también se perfilan como titulares en lugar de Paulo Ferrari y Gustavo Cabral, respectivamente.
Igual, todavía, nada es seguro en River. El Cholo, un experto en mantener la incógnita hasta el final, dará los once el mismo domingo. ¿El probable equipo? Juan Pablo Carrizo; Danilo Gerlo, Nicolás Sánchez, Eduardo Tuzzio, Cristian Villagra; Augusto Fernández, Leonardo Ponzio, Matías Abelairas; Diego Buonanotte; Radamel Falcao y Ariel Ortega o Sebastián Abreu. Tampoco habría que descartar la inclusión del chileno Alexis Sánchez, quien podría ocupar la posición de Fernández.
Se denunciaria a Bergessio
jueves, 1 de mayo de 2008
DE LA PEOR MANERA
River ahora debe ganar por lo menos por 1-0, y si hay mas goles, habrá que hacer cuentas.