martes, 8 de abril de 2008

"Sabe leer bien lo partidos"





Honestidad brutal se le dice. Diego Buonanotte ejecutó la jugada del gol ante Lanús con el repertorio técnico que le regaló la naturaleza. Pero en el día después, cuando su genialidad se sigue repitiendo hasta en el canal de las recetas de cocina, prefirió compartir los méritos del caso. "El Cholo me dijo fijate que en algunos momentos vas a poder tirarte para el medio para encontrar el hueco'. Y tuvo razón. Así nació el 1-0", aseguró, con todo su agradecimiento entre los dientes.

Pero Buonanotte también le atribuyó a Simeone otros aciertos: "El técnico optó por no llevarme al viaje de México. En un comienzo me sentí mal, porque uno quiere jugar siempre. Pero también tuvo razón. Me sirvió para descansar y llegar fresco al partido contra Lanús". Y fue más allá en su declaración: "El Cholo sabe leer bien los partidos. A veces me indica que voy a tener más oportunidades por la izquierda y en otras ocasiones me avisa que esté atento para sorprender detrás del cinco rival", agregó en Radio Mitre.

El Enano recién ahora está empezando a disfrutar del paquete de exigencias que recibió a partir de la llegada del Cholo. Y esto se nota en la parábola de su rendimiento. Cada día es más titular y determinante en el funcionamiento de este River vertiginoso, en el que Diego suele aportar el pase profundo. "Me costó en el verano porque no estaba acostumbrado al sistema. No le encontraba la vuelta. Pero aprendí que con este cuerpo técnico hay que ganarse el lugar en base al sacrificio", confesó el de Teodelina. ¿Sacrificio? "Sí. Tengo más responsabilidades en la recuperación. Me pide que baje cuando la perdemos para ayudar al cinco. Eso es importante. Me siento más completo". Y enseguida marcó diferencias con relación al año pasado: "Si bien toda la vida jugué más de enganche, hoy principalmente debo desbordar y tirar el centro".

Comprometido con la causa colectiva, el zurdo destacó este cuarto gol como el más importante de su carrera por lo que significó en la tabla de posiciones. Admitió que se cansa un poco. Que cuando no está Ortega se le complica porque su ADN es más gambeteador que pasador. Que se divierte. Que se toma las cosas sin presión. Que tiene un crédito abierto por ser de las Inferiores. Que fue aprendiendo a utilizar mejor el cuerpo. Que la experiencia le permite saber cuándo tocar y cuándo eludir. Y que la actitud positiva y las ganas deben figurar siempre. Esto último también lo mamó con el Cholo.

River puntero





Del "vos sos hincha de Boca" al oxidado "para ser campeón, hoy hay que ganar".

Del insulto hiriente (e injusto por la connotación) a Passarella a un canto que en River parecía olvidado y se escuchó el domingo en la cancha de Lanús.

De la eliminación con el Caracas y el Monumental en llamas en un partido con Belgrano a este equipo con chances sólidas en la Copa y puntero del Clausura.

Del "buen pie y la elasticidad" al "pase entre líneas y el día a día".

De abril del 2007 a hoy.

De Daniel Passarella a Diego Simeone.

De un ganador que terminó en desgracia a un ganador en potencia.

Hace un año, en Colombia ante los venezolanos y en ese reclamo posterior frente a los cordobeses, se terminó el ciclo del Kaiser, más allá de que su propia terquedad haya alargado la agonía casi ocho meses. Los únicos vínculos entre ese pasado y este presente son extrafutbolísticos: la miserable interna de la barra y la inestable situación de Ariel Ortega. Después, en la cancha, donde verdaderamente debería pasar la historia de un equipo de fútbol y en River últimamente no ha sucedido, hay diferencias notorias.

"Estos partidos antes los perdíamos", es una frase común en varios jugadores del actual plantel, también partícipes de fracasos recientes. Y ahí surge una de esas diferencias: el convencimiento, y también la paciencia para no ir a buscar de manera ciega.

Aquel River que transmitía algo muy cercano a la nada mutó en una formación ambiciosa y pragmática al mismo tiempo, que puede utilizar cuatro delanteros pero limita el adelantamiento permanente de los laterales y le cuesta ser fluido con la pelota. Ahora mandan los duelos uno contra uno, el vértigo, la presión hasta de los suplentes, la búsqueda vertical y, al mismo precio, la idealización de un orden defensivo que luce en el torneo local gracias al gigante Carrizo.

Abelairas y Villagra viven un renacimiento. Un plantel sin caudillos necesitaba a otro caudillo afuera. Hay un grupo de jugadores (pueden ser 18) que se sienten importantes. No falta cierta liga, tampoco sustos en cada centro aéreo en contra. Recuperó la peligrosidad en las pelotas paradas a favor. No se escuchan excusas pero tampoco una consistente autocrítica. Y además, River vive algo natural en cada comienzo de ciclo: que hasta la más fea parezca hermosa.

Passarella, más allá de su aspiración presidencial, fue el último ídolo que se fagocitó este River siglo XXI. Simeone, sin historia en el club, trajo su propio fuego para que vuelva la grandeza extraviada.

Prohibidas las populares

Hoy poco se habló de fútbol en River y la noticia más importante era la definición de la sanción por la pelea en la cancha de Vélez. El Ministerio de Justicia y Seguridad resolvió no permitir el ingreso a la popular y solo habrá venta de plateas para socios. Además, se confirmó que hay cambio de horario para el encuentro con Tigre y jugarán a las 16.10.

Mucho se habló de que podían suspender el Monumental, y también sonó fuerte la posibilidad de que jueguen a puertas cerradas. Nada de eso sucedió. River no haría ninguna apelación a la medida y aceptaría la sanción.

Los dos encuentros en los que solo habrá venta de plateas son con Tigre este domingo, y el otro es en dos fines de semana con Argentinos.

Se arreglará el cesped para el domingo



La semana pasada, después del primer recital, entrenamos ahí y ya estaba medio complicada la cancha. Así que calculo que ahora habrá quedado bastante peor". La voz de uno de los jugadores de River anticipó lo que se pudo observar una vez que los organizadores del Quilmes Rock retiraron el cobertor y las plataformas que se colocan para cubrir el césped del Monumental. Luego de un fin de semana con tres extensas jornadas de música, en el que pasaron alrededor de 130.000 personas por el estadio, de las cuales unas 50.000 estuvieron encima del campo, otra vez apareciaeron el pasto marcado, algunos pozos y la necesidad de trabajar a full durante la semana para que el domingo se parezca un poco más al billar que era antes de los recitales.

"Quedó lo suficientemente bien como para presentar un escenario decente", fue la benévola definición de José María Aguilar, en radio La Red, cuando le consultaron por el estado del campo de juego. Antes de subir a su oficina en el primer piso del Monumental, el presidente ya había observado el estado del escenario y también vio cómo los operarios cortaban el césped al ras para arrancar con los trabajos de recuperación. Arena para tapar huecos, algunas semillas para recuperar el verde y riego. Una buena: el servicio meteorológico anuncia buen tiempo para los próximos días, algo que ayudará a la mejorar el estado de la cancha.

El gran conflicto por el campo de juego se produjo el año pasado, en el que se realizaron 17 recitales en Núñez. Sin embargo, los que provocaron las quejas del cuerpo técnico y de los jugadores ("en esta cancha de mierda no se puede jugar", declaró Ortega) fueron los de Soda Stéreo. El regreso de Cerati, Bossio y Alberti mezclado con la lluvia fue un combo letal para que el Monumental se pareciera más a un potrero que a una cancha de Primera. Por eso, durante diciembre y enero se trabajó duro en la puesta a punto. Como los tiempos no daban para recuperar el poco césped que había quedado, directamente se lo quemó y se lo levantó para colocar 10.000 metros cuadrados de pasto que llegaron desde Mendoza.

Gracias a eso, en el comienzo del 2008 se vio un campo de juego impecable hasta la primera noche del Quilmes Rock, el domingo 30 de marzo. Luego de esa presentación de Ozzy Osbourne, Korn y compañía, los propios jugadores comprobaron las consecuencias. Entre el viernes y el domingo, los hinchas de las principales bandas locales de rock, entre los que hubo varios futbolistas de River, disfrutaron de la música en vivo. Cantaron y saltaron.