Está en juego el futuro de River. Ni más ni menos que eso.
Debemos erradicar la violencia de nuestra casa. Es una tarea de todos y en el éxito o el fracaso nos jugamos el futuro de lo que más amamos: River Plate.
Acá no se trata de cuestiones políticas, ni de intereses económicos. No se trata de ganar, perder o empatar un partido, o un campeonato. Nada de esto es tan importante como vencer en la lucha contra la violencia, ese es y debe ser el desafío de todos los que participamos de algún modo en la vida de esta institución.
Erradicar la violencia es hoy la principal misión de River y todos debemos saberlo, entenderlo y colaborar con esto.
Convocamos para lograrlo a socios, hinchas, empleados, medios de comunicación y dirigentes oficialistas y opositores. La violencia debe erradicarse en cada detalle de convivencia entre cada uno de nosotros, la solución debe partir de todos y no podemos fallar en esta lucha. Nadie puede mirar para otro lado.
Llegamos a un punto límite y si bien sabemos que la violencia no es exclusividad de River Plate (es parte de nuestra sociedad, de nuestro día a día y de todo el fútbol argentino) es hora de unirnos para decirle a quien quiera escuchar que River está comprometido con esta lucha, que no importa quien lo gobierne hoy o quien lo hará mañana, que se trata de una institución que tiene casi 107 años de vida, que educa y da contención social a miles de argentinos y que cree en el deporte y en la educación como su único lenguaje.
Desde estas líneas pedimos a gritos sentido común y colaboración para lograr el objetivo. No hay lugar para intereses personales, para especulaciones políticas o para oportunistas mediáticos que busquen sacar provecho de esta situación.
El club está dispuesto, como lo viene haciendo, a colaborar con las autoridades y a cumplir con lo que estas soliciten, poniendo todo lo que esté a su alcance en pos de lograr lo que, repetimos, es hoy el primordial objetivo institucional: un River libre de violencia.